Introducción a la Atención Plena

Publicado el 22 de abril de 2024, 12:23

A menudo nos encontramos inmersos en nuestros pensamientos, sin estar conscientes de nuestras acciones. Nos vemos envueltos en las rutinas diarias, pero al mismo tiempo preocupados por cosas completamente diferentes, ya sean eventos pasados o futuros. En esos momentos, no estamos presentes en el aquí y ahora, no estamos atentos al momento presente. La atención plena implica una percepción consciente y sin juicios del momento presente.

 

Un ejemplo cotidiano sería lavar los platos. Mientras realizamos esta tarea, es común que nuestra mente divague hacia lo que planeamos cocinar para la cena. Aunque esto pueda parecer eficiente, desde la perspectiva de la gestión del estrés, adoptar una actitud de atención plena interior es más beneficiosa. Nos volvemos más conscientes de nuestro entorno inmediato, experimentamos calma, concentración y plenitud en la situación presente.

 

¿Cómo se refleja esto al lavar los platos? Significa estar plenamente presentes en el momento, conscientes de nuestros sentidos. Sentimos cómo resbalan nuestras manos sobre los platos y el agua, observamos detenidamente cómo se mueve la esponja. ¿A qué huele el detergente? Incluso una tarea tan mundana como lavar los platos puede convertirse en un ejercicio de atención plena.

 

¡Ser consciente en lo que haces en cada momento! Esta es la regla básica del entrenamiento de la atención plena.

 

Y ¿qué significa no juzgar?

Durante la atención plena, intentamos evitar hacer juicios. Buscamos percibir las cosas tal como son. Regresando al ejemplo, no nos cuestionamos si los platos están limpios o no, si hay demasiada o poca agua en la pileta, o si deberíamos cambiar de detergente.

 

La actitud interior que adoptemos marca la diferencia. El profesor Tobias Esch nos ilustra esto con el ejemplo de las "dos gafas": al usar las gafas sin juicio de la atención plena o nuestras gafas habituales, con las que analizamos, criticamos y nos preocupamos, afectamos nuestros pensamientos y nuestro estado de ánimo. Tenemos la opción de elegir cómo ver el mundo: en modo de rendimiento, durante situaciones estresantes, las gafas habituales nos ayudan a enfocarnos en lo que debemos hacer o en los peligros que acechan. Sin embargo, cuando buscamos reducir el estrés y encontrar tranquilidad interna, es beneficioso cambiar a las gafas de la atención plena. Este es el punto crucial.

 

La idea de las "dos gafas" también refleja las perspectivas occidental y oriental del mundo. La perspectiva occidental busca comprender el mundo, controlarlo, evaluarlo, tomar decisiones y resolver problemas de manera eficiente. Por otro lado, la perspectiva oriental observa y entrena la atención, similar a la mirada de un niño: ingenua, abierta y sin prejuicios. Mientras que la perspectiva occidental se enfoca, la oriental es amplia.

 

La neurobiología ha proporcionado evidencia sobre cómo estas diferentes perspectivas nos afectan. Con la perspectiva occidental, tendemos a seleccionar nuestra percepción, construyendo nuestra propia realidad interna y filtrando la información según nuestras experiencias previas.

 

Por otro lado, la mirada desprovista de prejuicios que se entrena en la práctica de la atención plena tiene consecuencias diferentes: nos volvemos más sensibles y precisos en nuestra percepción. Podemos percibir más sin etiquetar inmediatamente todo. También mejoramos nuestra autoconciencia, siendo más conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades.

 

En situaciones de estrés, tendemos a actuar de manera automática, basándonos en patrones establecidos. Practicar la atención plena nos hace más creativos, innovadores, curiosos y abiertos al cambio. Nos libera internamente y nos hace más empáticos, conectados con el mundo y las personas que nos rodean.

 

Si somos conscientes de nuestras emociones problemáticas y les permitimos surgir y desaparecer naturalmente, aumentamos nuestra sensación de control sobre nuestras vidas, reduciendo el estrés.

 

Las investigaciones en neurobiología han confirmado que la atención plena activa los centros cerebrales asociados con la mejora de la atención, el control emocional y la conciencia corporal, fortaleciendo nuestra conexión con nosotros mismos y con los demás.

 

La atención plena, en su esencia, consiste en estar consciente y aceptar el momento presente tal como es. Es un componente esencial de la gestión del estrés, ya que nos permite liberar hormonas de la felicidad y neurotransmisores que reducen el estrés.

 

Para interiorizar este mensaje, es importante practicar la atención plena regularmente, entrenándola como si fuera un músculo. Puedes comenzar con la meditación diaria o incluso practicar la atención plena mientras caminas, centrándote en tus sentidos y estando plenamente presente en cada paso.

 

En resumen, la atención plena nos permite ser verdaderamente conscientes y sensibles en el momento presente, liberando así la felicidad y reduciendo el estrés en nuestras vidas.

 

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Comentarios

Andrea
hace un año

Me encanta!

Judith
hace un año

Me encanta!!!! Vamos allá a buscar la atención plena👏🏻👏🏻😍